UNRN- Ética del oficio y contexto sociocultural

Prof. Angeles Smart

 

 

TRABAJO PRÁCTICO N° 1

 

 

1- Investigar acerca de la filosofía de Sócrates y hacer una síntesis de sus doctrinas principales.

 

2- Suele decirse que la ética socrática es intelectualista. A partir de lo investigado, en particular en lo que compete a sus doctrinas morales, busca los fundamentos que sostienen esa afirmación.

 

3- A partir de la lectura de los siguientes fragmentos del diálogo de Platón «Gorgias» resolver las siguientes consignas:

 

a- Haz una lista de las condiciones que, según tu opinión, deben darse para que una persona alcance la felicidad. Ordénalas según su importancia y jerarquía.

 

b- Resume brevemente en qué consiste la felicidad para Sócrates.

 

c- Busca un ejemplo de la Historia Real o de la Ficción (personaje de película, novela, mitología) donde te parece se cumple esta relación que establece Sócrates entre ser bueno y ser feliz, y otro donde se cumple la de la maldad e infelicidad.

 

d- A partir de sus razonamientos, Sócrates concluye que es mejor sufrir la injusticia que ser injusto. Elabora una reflexión personal donde expreses tu opinión al respecto.

 

 

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Platón, Gorgias, parrafos 471 y subsiguientes:

 

 

SÓCRATES –– En mi opinión sí, Polo, pues sostengo que el que es bueno y honrado, sea hombre

o mujer, es feliz, y que el malvado e injusto es desgraciado.

 

POLO –– Entonces, según tú piensas, ¿es desgraciado este Arquelao?

 

SÓC. –– Sí, amigo, si es injusto.

 

POL. –– Pues ¿cómo no ha de serlo? No tenía ningún derecho al reino que ocupa, ya que es

hijo de una esclava de Alcetas, el hermano de Perdicas, y con arreglo al derecho sería esclavo

de Alcetas, y si hubiera querido obrar en justicia estaría sometido a él y sería feliz, según tu

opinión. Pero la verdad es que, según tu opinión, se ha hecho increíblemente desgraciado, puesto que ha

cometido las mayores injusticias. En primer lugar, llamó a Alcetas, su dueño y tío, con el

pretexto de devolverle el reino del que le había despojado Perdicas; lo hospedó en su casa

y lo embriagó a él y a su hijo Alejandro, primo de Arquelao y casi de su misma edad; los metió

en un carro y, sacándolos durante la noche, degolló a ambos y los hizo desaparecer.

Habiendo cometido este crimen, tú, Sócrates, sostienes que no advirtió que se había hecho completamente desgraciado, ni se arrepintió de él, sino que, poco después, renunció a la felicidad de educar, como era

justo, a su hermano, el hijo legítimo de Perdicas, niño de unos siete años, y de devolverle el

reino que le correspondía en justicia; por el contrario, lo arrojó a un pozo, lo ahogó y dijo a

su madre, Cleopatra, que, al perseguir a un ganso, había caído en el pozo y había muerto. Por

consiguiente, puesto que, entre los que habitan en Macedonia, él ha cometido los mayores

crímenes, y por estos, según tu opinión, repito, es el más desgraciado de todos los macedonios y no el más feliz; y quizá algún ateniense, comenzando por ti, aceptaría ser un macedonio cualquiera antes que Arquelao.

(…)

SÓC. –– Pues, sí, en mi opinión, Polo, el que obra mal y es injusto es totalmente desgraciado; más desgraciado, sin embargo, si no paga la pena y obtiene el castigo de su culpa, y menos desgraciado si paga la pena y alcanza el castigo por parte de los dioses y de los hombres.

POL. –– Te has propuesto decir absurdos, Sócrates.

SÓC. –– Sin embargo, voy a tratar de conseguir que digas lo mismo que yo, amigo, pues te considero amigo.

(…)

SÓC. –– Luego es falso, según parece, que la felicidad sea curarse de un mal, sino que es el

no haberlo adquirido en absoluto.

 

POL. ––Así es.

 

SÓC. ––¿Pero qué? ¿Quién es más desgraciado entre dos que tienen un mal, sea en el cuerpo,

sea en el alma, el que se somete a curación y se libra del mal o el que no se somete y sigue

teniéndolo?

 

POL. –– Me parece que el que no se somete a curación.

 

SÓC. –– Y bien, ¿decíamos que sufrir el castigo era librarse del mayor daño, la maldad?

 

POL. –– Sí lo era.

 

SÓC. –– En efecto, en cierto modo, el castigo modera a los hombres, los hace más justos y

viene a ser como la Medicina de la maldad.

 

POL. ––Sí.

(…)

SÓC. –– Entonces el más feliz es el que no tiene maldad en el alma, puesto que ha resultado evidente que éste es el mayor mal.

POL. –– Es cierto.

 

SÓC. ––Le sigue, quizá, el que se libra de la maldad.

 

POL. ––Así parece.

 

SÓC. –– Éste es el que es amonestado, castigado y paga su culpa.

 

POL. –– Sí.

 

SÓC. –– Entonces vive en la mayor desgracia el que conserva la injusticia y no se libra de

 

POL. –– Eso parece.

 

SÓC. ––¿No es éste precisamente el que, cometiendo los mayores delitos y viviendo en la

mayor injusticia, consigue no ser amonestado ni castigado ni pagar su culpa, como tú dices

que se encuentra Arquelao y los demás tiranos, oradores y hombres poderosos?

 

POL. –– Es probable.